De esta forma puede salir algo terrorífico, cómico, triste, tierno, heroico, etc, etc.
Ya veréis que con una pagina o dos, tenéis un final brillante, o incluso uno de tres párrafos es a veces mas que suficiente.


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Las runas estaban dispuestas y la sal bien esparcida, formando un circulo de buen diámetro, con las runas como puntos cardinales. La sala olía a incienso y sangre quemados. La música suave, por supuesto y de las clásicas. Iluminación tenue y el cordero bien colocado sobre el suelo…
Todo perfecto para un ritual de convocación. Así lo disponía el convocarte, un joven mago, ávido de poder.
Se paseo una vez mas arriba y abajo por su habitación, comprobándolo todo.
“Perfecto, perfecto y perfecto” se decía a si mismo volviendo a la tarima, al lugar donde descansara el libro, uno de los cinco mas importantes sobre la invocación demoníaca. Le había costado una fortuna, pero resultado lo valdría.
Es lo clásico, si quieres sanar a tu madre, recurres a los ángeles, pero si quieres poder, tienes que hablar con el viejo cornudo. Sonrió para si, abriendo el libro con la misma delicadeza que utilizaría para una mujer, repasando las páginas suavemente, casi deleitándose en su vista, cual amante fiel.
Se detuvo al llegar al adecuado, a su elegido. Astaroth, Gran príncipe del infierno.
Con mano firme, aunque en su interior aun se encogía un tanto, se hizo un corte en el dedo índice de la mano derecha, dejando caer una gota sobre una copa cercana.
Llevo la copa al centro de la sala, dejándola reposar junto al cordero y volvió a su puesto, y solo entonces comenzó a invocar…..